lunes, 25 de febrero de 2008

Cuarenta y un años con un muerto

Estas son las cosas que me consigo curioseando por ahí.

CUARENTA Y UN AÑOS CON UN MUERTO

por el Hermano Pablo

Fue muy severo el diagnóstico del médico: «Usted, señora, ha perdido su bebé, y lo más probable es que nunca más tendrá hijos.» La joven mujer, de apenas veintiún años de edad, se resignó a su suerte. Había perdido su primer bebé, como también las esperanzas de ser madre algún día.

Durante cuarenta y un años Irene McCarthy pensó en el hijo que había perdido. Lo llevó en sus sueños, lo llevó en sus lágrimas, lo llevó en su corazón. Pero sin darse cuenta, lo llevó también en el vientre.

Cuando cumplía sesenta y dos años de edad, a esta mujer canadiense, normalmente muy saludable, la operaron del vientre por otro motivo. Fue entonces que le hallaron el feto petrificado. Había llevado su hijo muerto durante más de cuatro décadas.

Aunque no es común en los anales médicos, ha habido casos de mujeres a quienes se les ha muerto el feto en el vientre y han pasado meses, o hasta años, antes de descubrirse el problema.

El caso de Irene McCarthy es único por la enorme cantidad de años que llevó a su hijo muerto en sus entrañas: ¡cuarenta y uno!

Lo que sí es común son las personas, hombres y mujeres, que si bien no llevan un hijo muerto en las entrañas, llevan virtudes, valores morales, honor e integridad muertos. Llevan dentro de sí una conciencia muerta, en algunos casos no durante pocos años sino toda la vida.

Bien lo cantó el poeta español: «No son muertos los que yacen en la tumba fría; muertos son los que llevan muerta el alma, y viven todavía.»

Vivir sin conciencia es vivir muertos. Vivir sin respeto es vivir muertos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

(O.o) Mira pues! De las cosas tan increibles de las que uno se entera! OMG!!

Pero tienes toda la razón, yo conozco muuuuchos que van por ahí con el alma bien vacía! La noticia sorprende y a la vez sirve para reflexionar!

Amiga espero estés recuperándote satisfactoriamente! Besos! ^^

Castillo dijo...

WOW Que bonita reflexión nos traes en esta oportunidad. No sé si lo del bebé petrificado por 41 años es cierto o simplemente es parte del relato para llegar a la lección metafórica, pero sin duda es una muy buena y bonita reflexión. Gracias por compartirla Curiosa. :)

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