Este año que ya casi termina, gracias a Dios, fue muy, muy, pero MUY malo para mí. Ya leí bastante sobre agradecer lo malo que nos pasa, pero creo que eso se hace con el tiempo, como ya lo he hecho, pero hay circunstancias en la vida que, aunque las conocemos desde que tenemos uso de razón, no son fáciles de asimilar y nos pone la fe en perspectiva.
Al igual que el año pasado (Mi 2012 en fotos) este año busqué las fotos que mejor representaron cada mes de este 2013. No fue fácil porque no tenía ganas, así que me forcé, para verlo luego con otros ojos y porque dentro de todo lo malo, hubo cosas buenas, de esas que no pensé que me podían pasar.
Enero:
Conocí Nueva York. Increíble. Inolvidable. Insospechado.
Febrero:
Regresé de Nueva York, pero hubo tristeza y decepción comenzando el mes.
Marzo:
Correr me desetresa y me prueba. Marzo estuvo lleno de neblina, frío y kilómetros.
Abril:
Me regaló atardeceres hermosos
Decepción, tristeza, vacío
Al fin ví el Cirque Du Soleil
Regalé libros en la calle
Mayo:
Conocí las dos caras de Murakami y amé este libro
Tuve la dicha de escuchar a Oscar Yánez, sin saber que nos dejaría este año.
Hice mi segunda carrera de 10K, mejorando mi tiempo de 1:26 a 1:14. Con todo y tendinitis de cadera.
Regresé a un lugar donde alguien alguna vez me dijo que no volvería (Ja ja). Viajé a Orlando, estuve en un concierto con Alicia Key y me escapé media hora a MGM Studios de Disney.
En media hora me monté 3 veces en la única montaña rusa que supero y me encanta, y de paso, me regalaron la entrada al parque.
Vi un atardecer que me robó suspiros.
Hice los 5K de la Nike
Junio:
Hice los 10K de la NatGeo, una carrera a la que le temía mucho y que disfruté un montón.
También hice los 12,5 del Banco Activo y sufrí por no haber entrenado como debía.
Julio:
Después de muchos años, volví a La Julia.
Agosto:
Volví a leer Rayuela y recordé porque la había olvidado...
Conocí el #PuddleGram y Caracas me regaló buenos momentos para hacerlos.
Esta guacamaya del Parque del Este posó para mí.
Septiembre:
Mi corazón se rompió este mes. Caí en ese hueco en dónde no entendemos por qué pasan ciertas cosas, por qué se muere la gente buena, dónde no hay explicaciones que valgan.
Octubre:
Por él corrí la Caracas Rock. Una carrera que no creí nunca poder hacer, que requirió de mi concentración para dejar la tristeza atrás y correrla por él.
Tratando de olvidar el mal rato de haber leído "El nombre de la rosa" de Umberto Eco, leí 3 libros fabulosos: "Eminencia" de Morris West, "Inferno" de Dan Brown y mi nuevo libro favorito: "22/11/63" de Stephen King.
Hice, la que considero, la mejor carrera del año. Mi primera carrera nocturna: Los 5K de Samsung. Y con un tremendo tiempo para mí. ¡Todo fue perfecto!
También hice, la que considero, la peor carrera del año: La de Locatel. ¡Todo fue un desastre!
Volví a la que fue mi primera carrera el año pasado: Los 5K de Mc Donalds. Bajé 4 minutos con respecto al año pasado.
Noviembre:
Regresé a la carrera del Banco Provincial, mi primera carrera de 10K el años pasado, con ansias de saber cuánto había avanzado: De 1.26 pasé a 1:12. ¡Wooohooo!
Diciembre:
Hice mis primeros 14, 15 y 16K. Me propusé una meta para el 2014 y debo cumplirla.
Este mes trajo muchas decepciones, mucha tristeza, un replantearse lo que hago, por qué lo hago y dónde quiero hacerlo. Decisiones que se quieren tomar, pero el tiempo/dinero no nos deja. Dependencia/Independencia, el tiempo que pasa volando y todo se lo lleva por delante.
Este año también supe de qué están hechas las personas que me rodean y la vida me sorprendió gratamente con gente que no conozco personalmente, pero estuvieron allí cuando no lo esperaba.
Deseo de corazón que el 2014 se porté bien conmigo. El cuerpo, el alma y la mente lo necesitan.
Mientras tanto, entreno para mi primera meta del próximo año: El medio maratón CAF.
¡Feliz año nuevo para todos!
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