Hasta que no seamos una sociedad en donde la juventud no sienta miedo de salir a la calle, que respeten a sus mayores, que no boten basura en la calle, que no le hagan daño a los animales, que respeten la propiedad pública y privada, que no quieran irse de su país, no saldremos de donde estamos.
Hasta que no seamos una sociedad en donde la gente mayor se hagan los vivos en la cola de un banco fingiendo estar enfermos cuando no lo están, los adultos no boten basura a la calle, no tomen su edad como excusa, respeten a los más jóvenes, enseñen a otras generaciones valores y moral, no pretendan mover el tráfico a punta de corneta o cambiar un gobierno a punta de cacerolazos o tweets, no saldremos de donde estamos.
Hasta que no seamos una sociedad que deje de pensar que lo que tenemos no podemos perderlo, que deje de pensar que aquí no pasará nada más (no vale, yo no creo), que pelee por sus derechos, que respete y tolere los gustos de los demás, que acepte a las personas como son y lo que quieren ser, que acepte el gusto político, religioso, sexual, personal de cada quien, no saldremos de donde estamos.
Hasta que no seamos una sociedad en donde no se envidie al que tiene más que uno, en donde se trabaje duro por los sueños, en donde se inculque lo bueno para que perdure, en donde se deje la flojera y la procrastinación, no saldremos de donde estamos.
Hasta que no seamos una sociedad que vea su pasado y aprenda de el, que vea un posible futuro y luche por el, que vea el presente y quiera mejorarlo para todos por igual, no saldremos de donde estamos.
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