Aunque a muchas empresas les interesa el número de seguidores, es sabido por muchos que si esos seguidores no son reales o no tienen el enganche necesario para crear una fidelidad con la marca, no vale la pena. Entonces, ¿para qué comprarlos?, ¿para qué obsesionarse con tener muchos seguidores cuando lo importante es la calidad?.
Ciertamente las críticas molestan, pero no debemos tomarlas como personales, pensar con la cabeza en frio y responder acertadamente, pero sin sofocos ni impulsos que puedan generar una mayor crisis. Esto aplica a los trolles. Provocadores que todas las marcas tienen, y a los que no se les debe prestar mucha atención. Ojo, esto no signifca ignorarlo por completo.
De nada sirve expresar que eres bueno o prestas un excelente servicio o producto cuando la realidad se puede ver al llegar a la tienda, local, despensa. Una vez que se esté en contacto con algo que no coordina con lo que se ofrece en las redes sociales, habrás perdido tu tiempo y generarás molestia en el cliente. Para evitar esto debe haber una buena reputación en presencia y en línea, para evitar desilusiones, críticas y desencantos.
Tarde o temprano la gente se dará cuenta si una marca tiene cuentas fraudulentas para alabar su marca/producto/servicio. No te arriesgues a este mal rato y quedar con una muy mala reputación.
Bajar el tono de la conversación o responder por salir del paso puede suceder si hay recarga de trabajo. Evítalo, tu cliente también puede tener un día pesado y todo puede terminar en una mala situación.
Actualizar muchas veces no es sinónimo de calidad. Puedes generar spam o contenido no deseado que verás reflejado en el descenso de los números de tus seguidores.
No hay nada que importe más que la opinión de un cliente sobre tu producto/marca/servicio. Deja que sean opiniones honestas de esa gente que prueba lo que ofreces y no opiniones compradas que a la larga no generan enganche, fidelidad ni credibilidad.
¿Ustedes qué opinan?
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